El fondo del asunto es la disputa por el dominio de la institución entre Wilson Gutiérrez, presidente reconocido por la Federación Boliviana de Fútbol, y Calixto Santos, cuyo nombramiento se produjo luego de las elecciones celebradas el 15 de julio y cuestionadas por el primero.
Gutiérrez dijo a Efe que “hasta el momento” sigue como presidente y su principal argumento es que fue él quien pagó los salarios del equipo para garantizar su participación en el torneo.
“Hemos hecho un convenio después de toda esta catástrofe, de ese show que se ha montado, de crear a un inversionista de fantasía porque hasta ahora no se cumple nada. Hemos tenido una reunión con el presidente de la Federación y no se ha cumplido nada”, sostuvo Gutiérrez.
El documento comprometía además la renuncia de Gutiérrez, siempre y cuando Santos deposite a favor suyo 23.000 dólares por el concepto de pago de salarios de los jugadores, lo que no sucedió.
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