viernes, 31 de octubre de 2014

Samuel Blanco: ‘En el fútbol de Bolivia es sálvese quien pueda’



Samuel Blanco fue presidente de Real Potosí y ahora sigue a la distancia las penurias que pasan algunos clubes de la Liga. Propone olvidarse unos años del fútbol profesional y dedicar toda la atención a las divisiones menores para que el mercado local de futbolistas sea más grande.

— ¿Qué piensa acerca de nuestro fútbol ahora que lo sigue a la distancia?

— Se dice que cuando uno hace cambios es para mejorar, pero aquí no hemos mejorado nada, la cosa se ha inflacionado.

— ¿Son los clubes grandes los que inflacionan?

— Pues sí, tienen mayor poder económico, pueden aguantar algunos costos, son ellos. Veo que hay gente que no asume ningún compromiso con las instituciones, no hay socios y tampoco directorios, nunca nadie propone, todo es exigir. En Potosí dirán que nunca hubo campañas de captación de socios, es que nadie nunca quiso poner un peso y por eso la situación es delicada allí. Con 3.000 personas en el estadio a 25 bolivianos la entrada no se saca ni para el viaje siguiente. Mientras tanto nos dedicamos a hablar de cuotas de poder.

— ¿Cómo era la situación cuando usted era presidente?

— Igual. Hoy, todos los presidentes de clubes de la Liga pasan lo mismo, menos uno.

—¿Se refiere a Bolívar?

—No he dicho nada, solo dije todos menos uno, que cobra.

— Es un club gerenciado...

— No importa, al señor que financia lo felicito y mis respetos van hacia él.

—¿Cómo hacía usted?

— En mi época no estaba tan inflacionado, pero aún así me costó mis buenas metidas de mano al bolsillo.

— ¿Puso mucha plata?

— Ya no me acuerdo, ya no tiene sentido hacerlo. Siempre digo que aquí (en Bolivia) la culpa no la tengo yo, siempre la tiene el vecino. No tenemos el valor de decirnos las cosas de frente, luego cortamos la cabeza a alguien y nos alegramos. Todos los equipos están en la quiebra, los que aguantan un poco son los que llegan a un torneo internacional. Tanto discurso de integrar al país con el fútbol, pero en las condiciones actuales es imposible, a no ser que haya quijotes que quieran poner mucha plata.

—¿Qué futuro ve?

— Muy oscuro, pero cuando más nubarrones hay, parece que aclara antes, y cuando parece no haber tormentas es cuando más duro cae. El futuro del fútbol profesional no es bueno porque es una irrealidad grande la que vivimos y el espectáculo no ha mejorado para nada. Recuerdo que los jugadores decían ‘ganamos poco’ y ahora ganan más o menos comparado con otros países, pero nada mejora. Los culpables son los dirigentes que ofrecen cosas que en realidad no pueden cumplir. Como dice David Paniagua (Fabol), ‘la culpa no es del chancho sino de quien le da de comer’ y asume posiciones cómodas.

—¿Qué es posición cómoda?

— Si me aumentan sueldo tendré que ser agradecido y mejorar la producción, pero en el fútbol el espectáculo no mejora. No quiero ensuciar más el fútbol hablando en la prensa sin hacer nada. La dirigencia no tiene capacidad de sentarse en una mesa y hablar, contar sus problemas. Aquí, si me entero que estás mal me alegro y si te doy un empujón para que caigas, mejor.

—¿No piensa volver a la dirigencia del fútbol?

— No, no, eso ni loco. Todo el mundo piensa que cuando uno agarra un club se hace rico. Lo agarra por pasión, compromiso o cariño por una región y no nos imaginamos lo que se viene, los egresos son más que los ingresos.

—¿Propone alguna solución?

— Hay que abandonar un poquito el fútbol profesional y hacer divisiones inferiores, dejar que pasen unos años, sino seguiremos en el ‘sálvese quien pueda’. El señor que entró en The Strongest (César Salinas) no saneará nada aunque ponga plata, esa deuda se ha generado en un tiempo y en el mismo lapso será el doble sino cambian las cosas. Pongo un ejemplo: en una casa se abren huecos por una teja rota, pero en vez de arreglar el tejado reparamos el cielo falso.

—¿Qué sabe de la cesión de Real Potosí a un grupo de empresarios?

— Desde afuera mucho no puedo decir. Cuando estuve allí formé el club por pasión por el fútbol, por amor a Potosí y la amistad entre los que formamos la directiva. Si hay transacción, que sea respetando esos pilares que fueron fundamentales. La planilla que yo pagaba era de 25.000 dólares y ya estaba caminando al borde del abismo, ahora creo que caímos al vacío, todos estamos ahí y será hasta que Dios quiera.


No hay comentarios:

Publicar un comentario